El ICG Força Lleida tropezó en El Plantío ante un Tizona UB Burgos que sacó un provecho absoluto de su gran segundo cuarto, en el que aprovechó todas las debilidades defensivas de los leridanos para coger una renta de 20 puntos. Una diferencia que aunque los de negro pusieron en cuestión hasta el final, les valió para lograr un triunfo vital que complica la vida de los de Aranzana en la lucha por la permanencia.
El partido comenzó con un diálogo entre los pívots de ambos equipos, Buchanan y Barro, que capitalizaban los primeros puntos de ambos bandos. Pero pronto empezó el Burgos a tomar distancias con canastas fáciles y con acierto desde el perímetro, evidenciando la debilidad defensiva de un ICG que no ponía la concentración necesaria para detener al rival y se dejaba llevar por su ritmo de juego. Terminar el primer período con un 22-19 no era un buen síntoma, y esto se confirmaba en el arranque del segundo cuarto. Tres triples seguidos de los burgaleses les ponían ya 10 puntos por encima de los dos minutos del segundo tiempo (31-21), y en adelante la sangría no haría más que crecer ante un Lleida desaparecido en defensa y desorientado en ataque. Un mate con alley-hoop de los locales ponía la guinda al cuarto y enviaba a los de Aranzana a los vestuarios con 20 puntos de desventaja y muchas cosas por corregir. Aunque en la reanudación los de El Plantío todavía aumentaban su renta hasta un máximo de 24 puntos (57-55), los leridanos mostraron otra cara. Aranzana dejó los dos pivotes en el banquillo y optó por situar a Bulic como “cinco”, otorgando más movilidad al ataque y alejando a Barro de su hábitat natural cerca del aro. Esto, añadido a una mejora notable en el acierto exterior con Vecvagars de protagonista, y sumado a la omnipresencia de Michael Carrera en defensa y en ataque, volvieron a poner al equipo en el partido. El tercer cuarto fue leridano (70-57) y en el inicio del último la diferencia bajó de los 10 puntos en breve con un Burgos que acusaba los nervios y que tenía en Alonso su referencia de confianza cuando el balón más quemaba. A 1:15 por el final, el ICG llegó a situarse a cinco puntos (83-78), pero los locales supieron jugar con esa ventaja y con las prisas leridanas por llevarse el triunfo por 10 puntos, 91 -81, y certificar una dolorosa derrota del conjunto de Gustavo Aranzana, que da un paso atrás en sus aspiraciones de buscar un sitio para el play-off de ascenso.