Partido en el Polideportivo de Pisuerga de Valladolid, un pabellón que lleva tiempo en la lista de la maldición leridana, y que seguirá siéndolo una vez más después de una contundente derrota por 97-57.
Primera parte mala para el ICG Força Lleida. Empezaba eléctrico y letal el Valladolid, que no perdonaba y rápidamente cogía una almohada de +8 en el marcador. El ICG Força Lleida hacía bandera de su defensa y contragolpe para ajustar el luminoso y situar el 18-14. Pero poco duraba la buena dinámica porque los locales, con más oportunidades y acertados en el tiro, volvían a dar alas al equipo y obligaban a Gerard Encuentra a detener el juego a minuto y medio para el final. No afectaba este paro a los locales que ponían la distancia a los dos dígitos (+13). Iniciaba el segundo cuarto con el 29-16 en el electrónico y sin cambiar demasiado las cosas. Valladolid anotaba desde el tiro exterior y recuperaba el balón en el rebote defensivo. Fabio Santana desembolsaba el marcador leridano anotando dos tiros libres. Costaba al equipo de Gerard Encuentra detener el juego vallisoletano, que se sentía cómodo en ataque y defensa. El ICG Força Lleida no se encontraba cómodo y tampoco ayudaba a ir 25 puntos por debajo. Los tiros exteriores del equipo se quedaban cortos y los leridanos afrontaban la segunda parte del partido con un 54 - 29 en contra y sin Carrera, por doble técnica. El ICG Força Lleida ha comenzado más dinámico con buena defensa y Urtasun y Juani poniendo un triple por cabeza, necesarios para generar confianza en el equipo. Valladolid no se relajaba y respondía con tres triples a cada llegada a su zona para ir aguantando la ventaja por encima de los veinte puntos. La solidez del Valladolid no se desmontaba y ampliaba a +31 la distancia en el electrónico. El ICG Força Lleida intentaba anotar por la vía rápida desde la línea de 6,75, pero no entraba nada. Con el 76-43 afrontaba el equipo un último cuarto en el que todo se ponía montaña arriba. El equipo no encestaba y el rival lo ponía todo. De poco servían los triples de Urtasun, Gettys y Vučetić, porque los locales seguían a su ritmo y no daban ningún tregua.
Foto: Ana Puente / Real Valladolid
