El ICG Força Lleida ha caído este miércoles en el partido aplazado de la jornada 9 en la pista de un Bàsquet Girona que ha sido superior, especialmente desde el ecuador del segundo período. Los de Aranzana han jugado un mal partido en líneas generales y tampoco han sabido amoldarse a un arbitraje a veces errático y difícil de interpretar.
El duelo ha comenzado con muchas imprecisiones por ambos lados. Las diferencias eran cortas con ambos conjuntos fríos y poco acertados. Los de negro, además, desperdiciaban un buen puñado de opciones desde el tiro libre, lo que permitía a los gerundenses hacerse poco a poco con el dominio del marcador. Diferencia mínima al final del primer cuarto (16-15), y la misma tónica se repetía al inicio del segundo. Mucha igualdad que, sin embargo, se rompió con un parcial fulgurado de 11-1 en los últimos 2 minutos y medio que ponía en los locales 10 puntos por encima al descanso, con el colofón de un triple en el último segundo de Jonson (41 -31).
En la reanudación pareció cambiar la decoración. Los de negro empezaron a recortar diferencias y se situaron a cuatro puntos (45-41, 6:06 3Q), pero no hubo continuidad. Un parcial de 14 a 4 encadenado por los gerundenses de la mano de un omnipresente Biram Faye y bajo la batuta experta de Albert Sàbat rompió el partido ya antes de llegar a los últimos diez minutos. En este último tramo, los gerundenses hicieron y deshicieron cómo quisieron sin ver peligrar nunca la victoria ante un ICG que pese a luchar no pudo reducir los márgenes más allá de los 16 finales (86-70).
La mejor noticia de la jornada fue el regreso de Lucas N'Guessan, que después de ochenta días lesionado volvió por la puerta grande, convirtiéndose en el jugador más valorado del encuentro por parte leridana, con 14 puntos, 8 rebotes y 17 puntos de valoración.