El ICG Força Lleida no ha podido encontrar ningún mecanismo para hacer frente al Girona este domingo al Barris Nord y ha acabado superado ampliamente en un partido que sólo ha existido por espacio de 18 minutos, el tiempo que le ha durado la gasolina a un equipo físicamente fundido después del esfuerzo del viernes en Huesca. De nuevo, Bulic y Nguessan no han podido jugar por el protocolo Covid-19, lo que ha sido un hándicap insuperable ante un Girona que ha venido con todo y dispuesto a hacer sangre en la herida leridana.
El partido empezó con un ritmo de anotación alto. Demasiado alto por los intereses de los leridanos que, sin embargo, no le perdían la pista en el Girona y plantaban cara con buenos porcentajes de acierto. Un triple gerundense en el último segundo del primer cuarto ponía a los visitantes de antemano (27-29) y constituía un preludio de lo que debería venir; el Girona terminó el partido anotando 17 de los 30 triples que intentó. Con ese mal sabor empezaba el segundo período, en el que los de negro dieron lo mejor que tenían; alternancias continuas en el marcador hasta que, a 2:40 por el descanso y con el ICG un punto por encima (44-43), las piernas dijeron lo suficiente. Un parcial de 1-12 del Girona puso una distancia insalvable desde el punto de vista físico y mental en el descanso (45-55). Ahora bien, el equipo salió a morder en el inicio del tercer cuarto, y parecía que se podría revertir la situación, pero como del perro flaco no se pegan más que pulgas, a los tres minutos de reanudarse el juego llegó la peor de las noticias: Un fuerte esguince de tobillo dejó KO en Chapela, y eso acabó de derrumbar al equipo, que a partir de ese momento fue atropellado sin piedad por un Girona que no levantó el pie del acelerador hasta que no se vio 30 puntos por encima, momento en el que Carles Marco dio entrada a los menos habituales para disputar los últimos minutos. El marcador final, 89-111, demuestra que la decisión federativa de hacer jugar al equipo tres partidos tan seguidos en las circunstancias actuales no beneficia en absoluto al espíritu de la competición, y en cambio devalúa su prestigio. Pero sea como sea, el martes tocará sacar fuerzas de donde no hay para enfrentarse al Canoe y sumar como sea un triunfo vital de cara a la segunda fase que empezará el próximo viernes en Ourense. Ante los madrileños, pese a jugar a las cinco de la tarde, ya habrá público en las gradas; será más necesario que nunca.